El proyecto se enfoca en el fortalecimiento productivo de la Cooperativa Textil La Esperanza, una organización formada por mujeres vinculadas a personas privadas de su libertad. Para mejorar la baja rentabilidad de su trabajo actual, se propuso relanzar “Muchito”, su marca propia de ropa infantil. La estrategia, desarrollada en colaboración con el LAD, se organizó…
El origen de la Cooperativa Textil La Esperanza se inscribe en el encuentro de un grupo de mujeres que acompañaban a menores y adultos privados de su libertad. Como parte de esta experiencia y del vínculo con Caritas, surge la posibilidad de realizar trabajos de tejido y confección. Este hecho constituyó el comienzo de una trayectoria que implica un proyecto de formato cooperativo junto a la consolidación de un espacio de contención, abordaje y denuncia de situaciones de violencia que transcurren en los penales. Actualmente la cooperativa sostiene su trabajo mediante servicios de confección textil a terceros, principalmente bajo el sistema de fasón. Además, tienen un proyecto de producción propia ligado a ropa para chicos que cuenta con una marca registrada bajo el nombre de Muchito. Esta línea no tuvo continuidad y la última vez que produjeron prendas propias fue en el 2021. En el marco de la convocatoria de Proyectos Asociativos de Diseño 2023, desde el LAD se propuso se propuso relanzar la marca Muchito para dar respuesta a la problemática de la baja rentabilidad del fasón. Por otra parte, se planteó una estrategia que fortaleciera la propuesta de valor y dejara capacidades instaladas para la gestión de la producción. En esta línea, el trabajo se organizó en dos ejes: “Equipamiento e Infraestructura” y “Diseño y desarrollo de productos”.
En el marco del proyecto se logró equipar a la cooperativa con 5 máquinas de coser automáticas: 1 Overlock 3 hilos JAKI F8-3BK con atraque automático, 1 Overlock 4 hilos JAKI F8-4BK con atraque automático, 2 Rectas JAKI Automática h6 y 1 Tapacostura cañón automática. Se compró un compresor de 300lt monofásico para poner en funcionamiento la máquina de coser Flat Lock.
También se compraron las telas para hacer una primera serie de conjunto de remera, buzo y pantalón para niños y adolescentes. (133 kg Jersey 30/1 peinado ALGODÓN 100%, 38 kg Frisa invisible 24/1 ALGODON 90% POLIESTER 10%, 19 kg TUBULAR FRISADO, 9,50 kg Morley 2 x 2 ALGODON 98% ELASTANO 2 %).
Con los insumos y la maquinaria adquirida, la cooperativa realizó una reestructuración de su planta productiva, incorporando tecnología a su línea de producción.
Para eje de “Equipamiento e infraestructura” se centró en mejorar las condiciones de trabajo, mediante el acondicionamiento del espacio de trabajo y el desarrollo de una nueva celda de producción con la tecnología Flatlock. Este tipo de costura le permitiría a la cooperativa integrar procesos de confección y dar un salto de calidad en las terminaciones de las prendas en tejido de punto.
Para el eje de desarrollo de producto, las acciones se centraron en diseñar y producir una línea de indumentaria para niños, que le permitiera a la cooperativa tener un recurso propio que funcione como soporte de identidad del trabajo de la cooperativa. En esta instancia se dictó un curso de moldería, al cual asistieron las asociadas de la cooperativa y otras confeccionistas de la zona. La finalidad del mismo se centró en dejar capacidades instaladas en torno al manejo de moldería, lo que les permitiría a las asociadas mejorar la calidad de sus prendas y detectar fallas en encargues. En el marco del taller, también se desarrolló la moldería junto con la progresión de talles para niños (4 al 16) y adultos (S,M,L, XL) de los siguientes productos: Remera básica; Remera manga Ranglan; Pantalón buzo y Campera.
Con la moldería desarrollada, la cooperativa aprovechó la instancia de producción de muestras, para la fabricación de una serie de prendas a las que les incorporaron imágenes sublimadas y la una grifa con la marca vectorizada.
Podemos destacar que los talleres funcionaron como puente, para que la cooperativa retomara el proyecto de producto propio y mejorara sus estándares de calidad. Algo que surgió de esta experiencia fue que, como los productos presentaban muy buena calidad, las compañeras tuvieron la necesidad de incorporarles la marca para resaltar el origen de la fabricación y fidelizar así a sus propios clientes.


